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Las levas del Adalid

Situación en estos lares.

Situación en estos lares. Como vuestras mercedes parecen andar un poco despistados, muy gustosamente les comentaré como están las cosas en los tiempos de nuestro señor Felipe IV.

En el siglo XVII España es un imperio donde nunca se pone el Sol, aunque poco le queda... El rey, joven y con poca personalidad, se deja aconsejar por personas que no siempre velan por los inetreses de nuestra gran nación. El dinero se destina todo a la guerra contra los herejes que intentan imponernos la falsa religión, mientras en las ciudades la gente no tiene que comer y los soldados venden su acero al mejor postor.

En esta España inútil y pobre, el honor es más valioso que nuestra propia vida y una afrenta contra nuestro honor significa duelo inmediato, a primera sangre, a segunda sangre o a muerte, según la osadía del pobre infeliz.

Recuerden v.m. que no hay mayor insulto para un hidalgo que alguien le trate de vos, que más de una guerra se ha librado porque uno llamó al otro señoría en vez de excelencia, y el otro vuesamerced en vez de señoría.

Pero no se asusten vuesas mercedes que quien no busca no encuentra, y cuando se trata de encontrar dos palmos de acero entre las costillas, mejor que siga oculto. Así pues, les recomendaría que no se metieran en bregas innecesarías, que los sanadeores y hechiceros no son muy comunes en estas tierras, y el que se queda tuerto, manco o cojo, es para toda la vida. Recuerden, una hoja de acero iguala al hombre humilde con el más alto monarca.

Francisco de Quevedo y Villejas
Escritor y espía.

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