La primera aventura (vol I)
Aunque un tanto desorganizada, la primera aventura del grupo formado por Nuño de Calatrava, Nestor Romerales y Diego de Mendoza fue de lo más graciosa :)
Diego de Mendoza (retado por sus compañeros) pretendía cortejar a la bella Itziar de Motrico, para lo cual debían conseguir que Patxi el criado del garrote, no saliera a calentarles las costillas. En un principio, fueron a la taberna que Patxi frecuentaba en sus noches libres con la intención de convidarle a unos vinos y ver si así conseguían su favor.
Nestor Romerales bajó al almacen de la taberna para llenar sus botas del zumo de la vid y conseguir así emborrachar a Patxi sin que tuvieran que gastarse los reales, pero finalmente cesó en su intento.
Por su parte, tras hablar un rato con Patxi, Diego de Mendoza y Nuño de Calatrava estubieron apunto de batirse con el criado por intentar sobornarle, por fortuna no se llegaron a desenvainar aceros y pudieron saber que, aunque Patxi no aceptara sobornos por parte de nadie, a su segundo, Gonzalo, no le importaba aceptar unos reales para tardar 5 minutos en dar la voz de alarma.
Mientras esto acontecía, Nestor Romerales, con 5 reales que le había dado su patrón Diego de Mendoza para ir a buscarle una tusona a Patxi para que le entretuviera, se los estaba gastando en vinos en una taberna cerca a donde estaba Diego.
Por su parte, al enterarse que Gonzalo si que aceptaría un pequeño soborno para que se le pudiera llamar linda a la hija de su amo, Nuño de Calatrava
se fue a la mansión de los Motrico para hablar con Gonzalo. Una vez que lo tuvo convencido volvió a informar a su amigo Diego de Mendoza y de camino se encontró con Nestor Romerales quien se había gastado todo el dinero de su patrón en vinos.
Todos juntos por fin, se dirigieron a la casa de la bella Itziar, pero mientras Diego de Mendoza estaba en lo mejor de su discurso amoroso, doblaron la esquina unos pisaverdes que también pretendían cortejar a la de Motrico. Tras unos cuantos insultos y voto a tal, apareció la Ronda y disolvió el encuentro, mas se citaron los dos grupos a la noche siguiente en un huerto lejano donde nadie les interrumpiría.
Sobre cómo fue el duelo entre los dos grupos, ya lo contaré más adelante. De momento esto es lo que pasó.
El Adalid